LA FATIGA EN EL FÚTBOL
La fatiga se define usualmente como la disminución en el rendimiento debido a la necesidad de seguir realizando esfuerzos. En el fútbol puede manifestarse como el deterioro de la intensidad hacia el final del partido. Los estudios que compararon las tasas de esfuerzo entre el primer y el segundo tiempo han brindado evidencia de la ocurrencia de fatiga.
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Se observó que los jugadores de una Universidad Belga cubrían, en promedio, una distancia de 444 m más en el primer tiempo que en el segundo . Bangsbo y cols. reportaron que la distancia recorrida en el primer tiempo era 5 % mayor que en la segunda mitad. Esta disminución no necesariamente ocurre en todos los jugadores. Reilly y Thomas, notaron una relación inversa entre la capacidad aeróbica (VO2 máx.) y la disminución en la intensidad. Los jugadores con mayores valores de VO2 máx., aquellos mediocampistas y defensores laterales, no mostraron una caída significativa en la distancia recorrida en el segundo tiempo. Por el contrario, todos los zagueros centrales y el 86 % de los atacantes tuvieron valores más altos en el primer tiempo, con una diferencia significativa con respecto al segundo tiempo. Aparentemente, el impacto de un alto nivel de capacidad aeróbica es especialmente evidente en las últimas etapas de un partido.
La cantidad de glucógeno almacenado en los músculos del muslo antes del partido parece tener una importante función protectora contra la fatiga. Se observó en jugadores de clubes suecos con bajos contenidos glucogénicos en el vasto lateral que cubrían una distancia 25 % menor que los otros jugadores . Se observó un efecto más marcado para la velocidad de carrera; aquellos con bajas reservas de glucógeno muscular antes del encuentro cubrieron el 50 % de la distancia total caminando y el 15 % a velocidad máxima, en comparación con los jugadores con altas concentraciones glucogénicas, quienes recorrieron el 27 % caminando y el 24 % realizando sprints. En la preparación inmediata para la competencia se recomienda prestar atención a la dieta y evitar la deplección glucogénica producida por un entrenamiento muy intenso. Estas consideraciones serían de suma importancia cuando los partidos se extienden más allá de los 90 min. (por ejemplo, 30 min mas).
Si bien los goles pueden convertirse en cualquier momento durante el partido, la mayoría se hacen hacia el final del mismo. Esto está ejemplificado por datos de la Liga Escocesa durante un período extendido en la temporada 91-92. En los 10 min finales de juego se produjo una tasa de conversión mayor que el promedio. Esto no puede ser simplemente explicado por una caída en la intensidad ya que esto estada balanceado, lógicamente, para los dos equipos. Podría explicarse por el deterioro más pronunciado entre los defensores lo cual les da una ventaja a los atacantes, hacia el final. Alternativamente podría estar relacionado con una fatiga mental, lapsus en la concentración como consecuencia del esfuerzo físico sostenido, lo que lleva a errores tácticos y abre la posibilidad de convertir goles. Este fenómeno podría ser un factor inherente en el juego, siendo más importante jugar hacia el final a pesar de la caída en las capacidades físicas. Sin importar la naturaleza del fenómeno, un equipo que está fisiológica y tácticamente preparado para soportar 90 min de juego intenso, es probable que sea muy efectivo.
Las condiciones ambientales también podrían limitar la intensidad de ejercicio que puede mantenerse durante un partido de fútbol, o acelerar la aparición de la fatiga. Algunos encuentros importantes, por ejemplo las finales de las Copas Mundiales de España 1982 e Italia 1990, se llevaron a cabo en condiciones calurosas, con temperaturas ambiente rondando los 30 C º. Cuando tales condiciones se combinan con una humedad elevada, la tasa de esfuerzo es afectada de manera adversa. El rendimiento estará influenciado tanto por la elevación de la temperatura corporal como por la deshidratación, y la generación de sudor será inefectiva para perder calor cuando la humedad relativa es del 100 %. Se ha observado que la función cognitiva, que se expresa como la toma de decisiones requeridas durante el partido, se mantiene mejor durante los 90 min de ejercicio continuo cuando se les suministra agua a los jugadores, en comparación con condiciones de control . Cuando Los futbolistas tienen que jugar en el calor, es importante la adecuada hidratación antes del ejercicio y durante el periodo de descanso, La oportunidad de aclimatarse al calor antes de competir en torneos en climas cálidos, es un elemento esencial en la preparación sistemática para tales eventos. Esto podría llevarse a cabo eligiendo estratégicamente los lugares de entrenamiento, realizándose una buena adaptación fisiológica dentro de los 10 a 14 días de la exposición inicial al calor, o exposiciones regulares o frecuentes al calor en una sala climatizada .
Es probable que las principales consecuencias de jugar en climas fríos estén asociadas con la posibilidad de lesionarse. Esto podría ser más pronunciado cuando se juega en canchas congeladas sin contar con los equipos calefacción subterránea. El rendimiento muscular se deteriora a medida que disminuye la temperatura muscular ; por lo tanto, sería importante realizar una buena entrada en calor antes del partido en un clima frío y el uso de ropa deportiva adecuada para mantener el calor y evitar un perjuicio sobre el rendimiento. También está establecido que es más probable que se produzcan lesiones en los jugadores si la rutina de entrada en calor es inadecuada . Por lo tanto, se deberían realizar ejercicios antes del partido que comprometan los grupos musculares utilizados durante el juego, particularmente en la ejecución de las habilidades en fútbol.
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