EL ESTRÉS:
El uso del término estrés se ha popularizado sin que la mayoría de las personas tengan claro en qué consiste el mismo. Al revisar la amplia literatura sobre el tema, se encuentran multitud de definiciones, algunas de las cuales lo abordan indistintamente desde la perspectiva del estrés como estímulo, como respuesta o como consecuencia. Sin entrar a polemizar teóricamente sobre su definición, por no constituir objeto del presente trabajo, se aborda el estrés como: la respuesta adaptativa del organismo ante los diversos estresares
La respuesta de estrés es una respuesta automática del organismo a cualquier cambio ambiental, externo o interno, mediante la cual se prepara para hacer frente a las posibles demandas que se generan como consecuencia de la nueva situación, (Labrador, 1992). Por tanto, ello no es algo "malo" en sí mismo, al contrario; facilita el disponer de recursos para enfrentarse a situaciones que se suponen excepcionales.
Estas respuestas favorecen la percepción de la situación y sus demandas, procesamiento más rápido y potente de la información disponible, posibilitan mejor búsqueda de soluciones y la selección de conductas adecuadas para hacer frente a las demandas de la situación, preparan al organismo para actuar de forma más rápida y vigorosa. Dado que se activan gran cantidad de recursos (incluye aumento en el nivel de activación fisiológica, cognitiva y conductual); supone un desgaste importante para el organismo. Si éste es episódico no habrá problemas, pues el organismo tiene capacidad para recuperarse, si se repiten con excesiva frecuencia, intensidad o duración, pueden producir la aparición de trastornos psicofisiológicos.
Desde 1935, Hans Selye, (considerado padre del estrés) introdujo el concepto de estrés como síndrome o conjunto de reacciones fisiológicas no especificas del organismo a diferentes agentes nocivos del ambiente de naturaleza física o química.
¿QUÉ CAUSA EL ESTRÉS?
Según Jean Benjamin Stora "el estrés es causado por el instinto del cuerpo de protegerse a sí mismo". Este instinto es bueno en emergencias, como el de salirse del camino si viene un carro a velocidad. Pero éste puede causar síntomas físicos si continua por mucho tiempo, así como una respuesta a los retos de la vida diaria y los cambios.
Cuando esto sucede, (explica Jean) es como si su cuerpo se preparara para salir fuera del camino del carro, pero usted está inmóvil. Su cuerpo está trabajando sobre tiempo, sin ningún lugar para usar toda esa energía extra. Esto puede hacerlo sentir ansioso, temeroso, preocupado y tenso.
¿POR QUÉ SE PRODUCE EL ESTRÉS?
En principio, se trata de una respuesta normal del organismo ante las situaciones de peligro. En respuesta a las situaciones de emboscada, el organismo se prepara para combatir o huir mediante la secreción de sustancias como la adrenalina, producida principalmente en unas glándulas llamadas "suprarrenales" o "adrenales" (llamadas así por estar ubicadas adyacentes al extremo superior de los riñones). La adrenalina se disemina por toda la sangre y es percibida por receptores especiales en distintos lugares del organismo, que responden para prepararse para la acción:
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El corazón late más fuerte y rápido
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Las pequeñas arterias que irrigan la piel y los órganos menos críticos (riñones, intestinos), se contraen para disminuir la pérdida de sangre en caso de heridas y para dar prioridad al cerebro y los órganos más críticos para la acción (corazón, pulmones, músculos).
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La mente aumenta el estado de alerta
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Los sentidos se agudizan
EL PROBLEMA DEL ESTRÉS
Lo que en situaciones apropiadas puede salvarnos la vida, se convierte en un enemigo mortal cuando se extiende en el tiempo. Para muchos, las condiciones de hacinamiento, las presiones económicas, la sobrecarga de trabajo, el ambiente competitivo, etc., son circunstancias que se perciben inconscientemente como amenazas. Esto les lleva a reaccionar a la defensiva, tornándose irritables y sufriendo consecuencias nocivas sobre todo el organismo:
CONSEJOS PARA AFRONTAR EL ESTRÉS
- No se preocupe acerca de las cosas que usted no puede controlar, como el clima.
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Haga algo acerca de las cosas que si puede controlar.
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Prepárese lo mejor que pueda para sucesos que usted sabe que pueden ocasionarle estrés.
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Esfuércese por resolver los conflictos con otras personas.
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Pídale ayuda a sus amistades, familiares o profesionales.
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Fíjese metas realistas en su casa y en el trabajo.
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Haga ejercicios.
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Medite.
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Abandone las actividades diarias que le causan estrés con deportes en grupo, eventos sociales y pasatiempos.
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Trate de ver un cambio como un desafío positivo, no una amenaza.
EL ESTRÉS NO SIEMPRE ES MALO
El estrés no siempre es malo. De hecho, un poco de estrés es bueno. La mayoría de nosotros no puede hacer bien las cosas: deporte, música, baile, trabajo, escuela, sin sentir la presión de la competición. Sin el estrés de alcanzar la meta, la mayoría de nosotros no sería capaz de terminar un proyecto o de llegar a trabajar con puntualidad.
El estrés es normal, ¿porqué se siente uno tan mal? Porque con todas las cosas que le pasan a uno no es difícil sentirse estresado. Las cosas que uno no puede controlar son a menudo las más frustrantes. Uno puede sentirse mal simplemente por ponerse presión sobre uno mismo: sacar buenas notas, tener aspiraciones en un trabajo. Una reacción común del estrés es criticarse a uno mismo. Uno puede estar tan abatido que las cosas ya no parecen ser divertidas y que la vida parece horriblemente preciosa. Cuando esto ocurre es fácil pensar que uno no puede hacer nada para cambiar las cosas pero, ¡ si que se puede!
QUÉ NO AYUDA A CONTROLAR EL ESTRÉS
Existen formas seguras y formas no recomendables para controlar el estrés. Es peligroso intentar escapar de los propios problemas utilizando drogas o alcohol. Ambas opciones son tentadoras y los amigos pueden ofrecérselas a uno. Las drogas y el alcohol pueden parecer respuestas fáciles, pero no lo son. Controlar el estrés con alcohol y drogas solo añade nuevos problemas, como la adición, así como problemas con la familia y de salud.
Técnicas control de la ansiedad
Muchas de las investigaciones se han centrado en la utilización de técnicas cognitivas o estrategias diversas para la disminución del estrés o ansiedad, utilizando una o varias técnicas conjuntamente, así:
La relajación es utilizada para disminuir la ansiedad-estrés. Markowska y col. (1989) tomó dos grupos: uno trabajó un programa de relajación y el otro fue de control. Dio un estímulo estresante (película de terror), comprobando que en los dos grupos aumentaron las respuestas hormonales de catecolaminas en orina, pero no los niveles de ansiedad o respuesta psíquica que sí ocurrió en el grupo de control. Sugirió que la relajación era una ayuda para controlar las emociones negativas.
Las técnicas de biofeedback permiten que los atletas tomen conciencia de sus estados corporales o fisiológicos y se utiliza medio de controlar la ansiedad (Costa, Bonaccorsi y Scrimali, 1984), así como la hidroterapia.
Se pueden utilizar y mezclar diversas técnicas de control de la ansiedad de forma conjunta (Gould y Eklund, 1996).
Para Maynard y Cotton (1993) en un estudio con jugadores de hockey hierba muestra que hay beneficios si el método es dirigido al tipo de ansiedad dominante.
Sin embargo, Morgan (1995) nos dice que no está claro en estudios consistentes de campo que la hipnosis, visualización, meditación y relajación puedan reducir las respuestas del estrés y los desórdenes de ansiedad.
La ansiedad disminuye cuando la práctica deportiva se hace con entretenimiento, disfrute y en ausencia de competiciones interpersonales (Wankel, 1993; Hull y Michael, 1995).
Estas actividades de ocio pueden primero, producir reacciones de estrés, y secundariamente aliviarlo.
Albinson (1992) con una serie de entrevistas y cuestionarios a atletas de élite reveló que la mayoría de las fuentes de tensión o estrés provienen de fuera del entorno deportivo (63 %).
Por lo tanto las estrategias deberán ir encaminadas a un trabajo psicológico centrado más en la atención, y no sólo dentro del entorno deportivo.
En el deporte de competición, las situaciones potencialmente estresantes pueden agruparse en cinco grandes apartados:
1. Situaciones ajenas a la actividad deportiva:
Ciertas situaciones no relacionadas con la actividad deportiva pueden llegar a influir en el rendimiento y salud de los deportistas: problemas familiares, problemas escolares,...
2. Situaciones relacionadas con la organización y las características propias de la actividad deportiva:
El cambio de residencia al fichar por otro club, no contar en los planes del entrenador, cambiar de función en el equipo, no tener medios para entrenar adecuadamente, pueden convertirse en una fuente de estrés para los deportistas.
3. Situaciones relacionadas específicamente con los entrenamientos:
El esfuerzo que deben realizar los deportistas en los entrenamientos puede ser una fuente de estrés, puesto que a menudo se deben asimilar muchos conceptos técnicos y tácticos difíciles, los deportistas deben estar motivados, deben esforzarse mucho físicamente.
4. Situaciones relacionadas específicamente con la competición:
La importancia de la competición hace que la posibilidad de fracasar constituya una importante amenaza para los deportistas, al igual que su propia evaluación y la de otras personas (entrenador, familia, público,...). Por otro lado, decir que las situaciones potencialmente estresantes relacionadas con las competiciones se agrupan en tres momentos: antes, durante, después.
5. Lesiones deportivas
El exceso de estrés favorece que los deportistas sean más propensos a lesionarse. Pero además, las lesiones deportivas son situaciones que pueden provocar estrés porque son dolorosas e incómodas, interrumpen la actividad del deportista, a veces conllevan hospitalizaciones o intervenciones quirúrgicas, exigen un cambio en el estilo de vida, ...
También puede ser una fuente de estrés la reaparición de una lesión, sobre todo cuando ha pasado bastante tiempo desde que se produjo la lesión.
Manifestaciones de la ansiedad en la competición
La ansiedad precompetitiva es un estado negativo, que ocurre durante las 24 horas anteriores a una competición. La ansiedad precompetitiva resulta de un desequilibrio entre las capacidades percibidas y las demandas del ambiente deportivo. Cuando las demandas percibidas están equilibradas con las capacidades percibidas, se experimenta un estado óptimo de (alerta/vigilancia). La ansiedad precompetitiva resulta cuando la destreza y la habilidad del deportista no son percibidas como equivalentes a las del contrincante.
Hay cinco factores que intervienen en la ansiedad precompetitiva:
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SINTOMAS FISICOS: molestias digestivas temblores, etc.
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SENTIMIENTOS DE INCAPACIDAD: sensación de no estar preparado, de que algo está mal.
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MIEDO AL FRACASO: a ser vencido, a retrasarse, a no cumplir con las expectativas.
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AUSENCIA DE CONTROL: sentirse gafe, mala suerte.
- CULPABILIDAD: dañar al oponente, jugar sucio, hacer trampas, etc.
PARA COMBATIR EL ESTRÉS, CONFÍA EN TÍ MISMO. SI NO LO HACES TÚ, ¿QUIÉN LO VA A HACER?
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